Comunícate con PNL

    La Programación Neurolingüística (PNL) es un enfoque desarrollado en los años setenta en los Estados Unidos por Richard Bandler, informático y psicólogo, y John Grinder, lingüista y psicólogo. Observaron cómo los comunicadores conocidos y valiosos trabajaban para ser eficientes. Su tesis se basa en la idea de que si podemos identificar cómo una persona va a tener éxito decodificando su «programa», podemos construir sobre eso para tener éxito.

    El «programa» en cuestión reproduce las actitudes y comportamientos, lo que la persona piensa en el momento en que actúa, sus emociones, los valores que la guían, los objetivos que persigue.

    Cuando se trata de comunicación, somos efectivos cuando somos capaces de hacernos entender y esta comunicación nos lleva a la acción. Esto es cierto cuando los interlocutores encuentran interés y desean mantener la relación.

    La efectividad de la comunicación no radica en su intención, sino en los resultados obtenidos. Nos comunicamos para compartir hechos, sentimientos, valores y especialmente para influir en los demás.

    Cinco principios para una comunicación de excelencia

    Según la P.N.L., hay métodos para desarrollar una comunicación de excelencia, que incluye los siguientes cinco principios:

    1. Buscar un objetivo definido y específico.

    2. Crea una relación de calidad desde el principio.

    3. Presta atención a tu interlocutor.

    4. Adaptate flexiblemente.

    5. Mantente constante y relevante.

    Buscar un objetivo definido y preciso

    Antes de comenzar una comunicación, necesitas saber de antemano lo que deseas. ¿Es para informar, para convencer, para ser apreciado? Antes de comenzar una reunión, una entrevista, una nota, es útil hacer la pregunta: «¿Qué es lo que quiero obtener? Si, por ejemplo, tienes un largo correo electrónico para escribir a tus colaboradores, un informe o un artículo para escribir para el trabajo, te recomendamos que primero comiences con la conclusión, antes de preparar el plan y el contenido del mensaje.

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    Si deseas información de un proveedor sobre una pantalla plana de última generación, anuncia tu objetivo de inmediato. Si quieres irte de vacaciones en agosto, dilo. Evitarás el riesgo de manejar o entrar en una situación de malentendido. Alienta a tus interlocutores a expresar sus objetivos lo más rápido posible de una manera clara.

    Crea una relación de calidad desde el comienzo

    El adagio popular: «La primera impresión es la que cuenta» es cierto en la comunicación. Si, desde el comienzo de la reunión, instalas un clima desagradable para tus interlocutores, no querrán escucharte, y mucho menos hablar contigo. Algunos comunicadores recomiendan aplicar la regla «cinco y veinte». Saben que tienen poco tiempo para atraer la atención de sus interlocutores.

    ¿Qué es esta regla de «cinco y veinte»? Los primeros veinte segundos, las primeras veinte palabras, los primeros veinte gestos, los primeros veinte pasos y los veinte centímetros cuadrados de la cara.

    Por ejemplo, si, durante una reunión, comienzas tu discurso de forma vacilante, mirando al suelo, frunciendo el ceño, usando términos como «podemos intentar», «tal vez», «sería necesario…», corres el riesgo de establecer una atmósfera de duda, apatía, desmotivación.

    Por el contrario, si te diriges a tu audiencia con términos activos, mirando a tus interlocutores y acompañando tus comentarios con gestos de apertura, inmediatamente capturarás la atención de tu público.

    Presta atención a la otra persona

    Cuando hables con tu audiencia, concéntrate en ellos. Notarás sus actitudes de acuerdo, desaprobación o duda. Por ejemplo, cuando alguien dice «sí», puede significar «no» con el tono de su voz, los movimientos de su cabeza y hombros. Por ejemplo: una madre sabe rápidamente cuando su hijo le dice una mentira.

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    Centrar tu atención también es escuchar las observaciones y los temores de tus interlocutores. No hay nada más elocuente que el que no dice nada.

    Adaptar de manera flexible

    En la comunicación, lo que cuenta son los resultados y no las intenciones. Los mejores argumentos orquestados pueden ser incomprensibles para tu audiencia. Puede que estés justo en la parte inferior, si tus comentarios lastiman o asustan a otros, no quieren escucharlo.

    En estos casos, gracias a tu sentido de la observación, cambia tus argumentos. Persistir, repitiendo los mismos argumentos, equivaldría a conducir aún más al error. La experiencia es a veces una forma de repetir los mismos errores, más rápidamente.

    Permanecer constante y relevante

    ¿Cuántos cambios fallan debido a la brecha entre decir y hacer? Toma el ejemplo de un directivo que defiende la capacidad de respuesta y la flexibilidad y que, por contra firma el correo en ocho días.

    Cuando presentes una queja, acompaña tus palabras con un gesto apropiado, sin mostrar una sonrisa irónica. Cuando desees transmitir un mensaje importante, puedes arruinar su efecto al anunciar: «Tengo una pequeña comunicación que hacerte».

    La presentación de estos cinco principios podría inducir a que intervengan en un orden cronológico: primero teniendo un objetivo específico, luego crea la relación y así sucesivamente. En la práctica, estos cinco criterios también se aplican simultáneamente.

    El estado de ánimo primero

    Para aprender y aplicar las herramientas de PNL, enfaticemos que el estado de ánimo es tan importante como el método en sí y se basa en 5 suposiciones:

    1. Sabemos mucho más de lo que creemos saber.
    2. Tenemos en nosotros los recursos necesarios para llevar a cabo nuestra existencia. Cuantas más opciones tenemos, más efectivos somos. Elegir es una marca de libertad.
    3. No podemos no comunicarnos, solo nos comunicamos.
    4. Lo que creemos que es la realidad es, de hecho, solo nuestra interpretación de esta realidad a través de nuestros propios filtros, juicios y a priori.
    5. Lo que valida la efectividad de la comunicación no es la intención sino el resultado. Para comunicarse bien con los demás, escúchales, acepta que tienen otras convicciones que la tuya, encuentra compromisos aceptables para vivir o trabajar juntos. Tienes que estar abierto a los demás, incluso si cometes errores. Estos errores técnicos son preferibles a las intenciones negativas al servicio de la manipulación y el abuso de poder.

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